Hoy tras casi una semana de la desaparición física del compañero
Lukanikos, pues siempre estará su
memoria combativa en nuestros corazones, tras este pequeño período de
reflexión, queremos rendir nuestro homenaje de despedida a este luchador
antifascista. Lo hacemos después de haber visto como el súbdito Excalibur fue
asesinado en la soledad de su casa ajeno al peligro que corría en manos de un
gobierno de incompetentes, necios, privatizadores y corruptos. Y como muy bien
decimos, estas dos víctimas del sistema neoliberal salvaje, son dos caras de esa
moneda represiva y aplastante: una la que planta cara conocedora de la miseria
que acarrea el capitalismo en su degeneración especulativa, a riesgo de llevarse
muchos palos y otra, la desconocedora de los peligros que entraña la
desinformación y el conformismo aunque sea por agotamiento.
Lukanikos encontró una familia
después de toda una existencia en la calle buscándose la vida y aprendiendo
mucho de los excluidos de la devoradora sociedad de consumo. Fue invisible
mientras duró la burbuja del ficticio bienestar y salió del anonimato cuando se
derrumbó el castillo de naipes del endeudamiento coercitivo. Excalibur tenía un
hogar confortable y aunque consciente de que las cosas habían cambiado a peor,
él no sintió en sus carnes el sufrimiento de muchos compañeros sin techo y sin
nada que llevarse a la boca.
Lukanikos luciría una sonrisa
irónica viendo como hoy caen las bolsas, dicen que a causa de su país, observando
como nos siguen queriendo asustar con las macrocifras de los que nos roban a
manos llenas y nos endeudan por generaciones, sabedor de que todo eso es
propaganda, que a los que ya lo han perdido todo o están a punto de hacerlo ya
no les afecta en su día a día.
Salud Lukanikos y gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario